jueves, 31 de octubre de 2013

Algunos tontos tópicos

Ya va siendo hora de contradecir el sinsentido común.
 1- Ni los viernes son grandes días, ni los lunes horribles. A lo mejor porque soy un padre comprometido y no noto esa diferencia entre trabajo/ocio que el resto de los no enfangados sienten. Pero para mí los lunes suelen ser mejores, estoy más descansado y despierto, tengo más energía para realizar mi trabajo y tengo ese impulso extra que siempre se tiene cuando uno comienza algo, por el contrario el viernes suelo estar más cansado, los niños en mi trabajo están especialmente nerviosos y lo que es peor, alrededor de uno todo el mundo grazna cosas como menos mal que hoy es san viernes o cosas por el estilo. 
 2- Hacer yoga no es de locos. Casi se podría decir lo contrario, que no practicarlo en la época del hierro que vivimos es la auténtica locura. De hecho vivir una vida "cotidiana", arropada en los tópicos de la mayoría, sin más aliciente, que el forofismo deportivo, la pornografía y el alcohol, es una vida tan limitada y estúpida que es casi una falta de respeto al hecho de haber nacido humanos.
 3- Los refrescos light no adelgazan. Engordan y mucho, se diferencian de los no llamados light por el hecho de que en lugar de de utilizar azucar refinada, emplean químicos edulcorantes que permiten poner en sus envases cero azucar y engañar a los pobres compradores haciéndoles creer que ese producto tiene algo de sano, saludable o adelgazante. Y ya sé que alguno pensará, que ellos ya lo saben, pero no nos engañemos con esto, en nuestro inconsciente estas trampas siguen funcionando si no estamos muy atentos.
 4- Cuando llueve hace mal tiempo. Pero hay días de lluvia preciosos, llenos de una belleza indefinible, llenos de trascendencia y profundidad, algunos nostálgicos sí, pero también vigorizantes, como si ese agua nos limpiara por dentro, del mismo modo que limpian por fuera nuestras contaminadas y sucias ciudades en las que nos ha tocado vivir. 
5- El sexo nos dará la felicidad. Y no es que quiera desdeñar el placer sexual, muy válido e interesante, pero desde que nos prohiben siquiera mencionarlo de pequeños, hasta que nos hace sentir culpables o necesitados de mayores, son muchos los quebraderos que la sexualidad causa en nuestra vida y por si fuera poco,  desde fuera todo el rato se nos retransmite que gracias a ella conseguiremos realizarnos como personas, vease su estrecha relación con el consumo y la publicidad, el ventajismo del arte comercial en ese sentido, o como muchas personas se limitan definiéndose a partir de su sexualidad. 
(continuará)

lunes, 28 de octubre de 2013

Homeland 3 temporada y Walking Dead 4 temporada- Comienzos

Han empezado hace ya unas semanas, la 4 de los zombies y la tercera del terrorista, y todavía, para ser sinceros, no han llegado a alcanzar esa cima que en su día tuvieron. Para mí Walking Dead, que es una serie sin demasiadas pretensiones, alcanzó unos picos de maestría en la mitad de la segunda temporada y en el comienzo de la tercera, toda esa historia del granero y la niña, esa presentación de un personaje tan ambiguo como el gobernador, hicieron que se convirtiera en una de mis series favoritas. Ahora, sin embargo, siento que esa historia se les volvió en contra, que dicho personaje se convirtió en una especie de terminator sin sentido al que se dejó vivo para que aparezca posteriormente. Es decir se ha comenzado a alterar el orden natural de los acontecimientos pensando en la taquilla. De momento, los dos primeros episodios de Walking Dead, no ofrecen nada demasiado especial, un virus muy rápido y mortal está complicando las cosas a nuestros amigos, pero quizá el escenario de la cárcel está ahogando un poco la trama. Veremos por donde salen y la seguiremos viendo. Lo de Homeland es distinto, tras un soporífero primer capítulo y un irregular segundo, pasamos a un tercero que nos presenta a Brody encerrado en un bloque de delincuentes en Venezuela y a nuestra querido Claire, rozando con las yemas de los dedos las paredes del averno. La hija de Brody como adolescente suicida ganando peso en la trama y un minucioso entramado narrativo que sin grandes sobresaltos no deja de interesarnos. Estamos ante una serie mayor que se está jugando el pertenecer a una categoría top ten, y tiene un trabajo de guionistas excelente para tratar de sacar adelante algo que por su propia presentación no tenía vida más que para dos temporadas. ¿Qué pasará? De momento la sigo con disfrute, aunque también menos entusiasmado que anteriormente. Todo parece indicar que esta contención en el ritmo, por otra parte necesaria, si no se quiere caer en lo inverosimil, es sólo un espejismo, como ya se nos ha sugerido al final de su cuarto capítulo.

jueves, 24 de octubre de 2013

De nuevo huelga en educación

Hoy 24 de Octubre una nueva huelga de educación, secundada por profesores, estudiantes y padres. Aunque la he realizado como padre esta vez por primera vez, no lo he hecho como profesor, a estas alturas, y tras otras muchas que sí hice, he decidido que de esta manera no voy a conseguir que las cosas mejoren en educación y debo ser más creativo a la hora de hacerlo, para empezar con mi propio trabajo (mejorando mi forma de dar clase, hacer exámenes, inventarme ejercicios, ejemplos y acercándome a mis alumnos y familias de forma que pueda ayudarlos). Por supuesto que estoy en contra de los recortes educativos, de que se deje a la educación pública como un mero centro de ocupación de jovenes para evitar la delincuencia juvenil en detrimento de que hijos de obreros y humildes puedan formarse y medrar. Porque en definitiva creo que eso resume lo que está ocurriendo en la escuela pública, y como siempre este país maltratando un montón de gente bien formada, capaz y entregada (como son los profesores de la pública) en detrimento de la escuela concertada y privada donde la selección del profesorado depende salvo en buenas escuelas privadas (que son muy pocas) del simple enchufe, motivo este muy español también.


 Quiero aulas con menos alumnos, que los alumnos más especiales tenga una atención más personalizada y no obstaculizen a los otros, ni pierdan su tiempo ni energía, ni la nuestra. Quiero justicia entre la concertada y la pública de este tipo de alumnado. Quiero profesores más comprometidos con la causa. Quiero que la educación no se rija por principios políticos si no pedagógicos. Quiero que los padres confíen en los profesores y que estos les den razón a estos para confiar. Quiero que se reconozca la labor de los docentes. Quiero en las aulas más contenidos formativos personales y menos criterios prácticos y de consumo. Quiero menos control burocrático, menos trampa y palabrería y más magia y fraternidad. Por eso lucho.

lunes, 21 de octubre de 2013

Soy un tonto y lo que he aprendido me ha hecho dos tontos

Siempre me ha atraído esa frase de Socrates, lo de sólo sé que no sé nada. Desde pequeñito me perturbaba mucho esa paradoja de que una persona que sintiera eso fuera sabio realmente y una persona que pensara saber muchas cosas, y seguramente las supiera, no supiera nada. Información y conocimiento, ese es en mi opinión el enclave paradigmático de nuestra época. Cada vez tenemos más información, sabemos cuanto va a llover, cual es la forma más barata de volar a cualquier parte del mundo, podemos tener acceso a la obra de cualquier artista en cualquier campo. Tenemos toda esa información a nuestra alcance y sin embargo, creo que cualquiera con sentido común vería que somos igual de tontos o de listos que antes. La verdadera inteligencia no tiene que ver con los datos, ni con las grandes abstracciones, sin duda que tienen su valor, pero más como compendio enciclopédico o filosófico, el conocimiento empieza allí donde se termina la información, donde la mente se para. Sí, desde que la mente se para, porque seguimos confundiendo racionalismo al modo cartesiano con sabiduría, y eso en nuestros días ha llegado en nuestros días a una perversión absoluta y es un error absolutamente ridículo e infantil. 
De un lado los que hinchan su mente de datos y de otro los que tratan de adormecerla inútilmente.
Pero como siempre una tercera posibilidad, la del camino de la meditación y del no yo.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Tapando huecos

Durante mucho tiempo mi forma favorita de llenar huecos era fumando cigarrillos, esperando al autobús o a un amigo, en el trayecto de un sitio a otro donde no debía pasar nada salvo llegar de un punto a otro (por supuesto que también utilizaba el tábaco como canal (fallido claro) para tratar de llegar a la felicidad), el tábaco era la excusa perfecta para enterrar el vacío.
 Hay tantas cosas por hacer, además ya saben ustedes, que lo más estúpido que puede hacer una persona para la cultura occidental es no hacer nada de provecho, el tiempo es oro y hay que aprovecharlo, a quién madruga Dios le ayuda... los hay que no soportan que haya un simple hueco en su vida y se la pasan haciendo cursos, obteniendo títulos, aprendiendo idiomas, viajando, conociendo gente, haciendo el amor con diferentísimas personas en diferentísimas maneras y en diferentísimos sitios, hay que rellenar el tiempo, que la vida se pasa volando, son dos días, hay que hacer cosas todo el tiempo y si no de provecho, al menos morderse las uñas, o criticar a otra persona con alguién que sabemos que nos dará feedback, podemos por supuesto mirar la tele, o mejor aún, el gran devorador de huecos, ese origen que será capaz de llevarnos al mejor de los entretenimientos: internet. Hay tantas páginas que visitar, algunas de forma periódica, y quién sabe cuales por descubrir. ¿Por qué nos da tanto miedo el vacío? Supongo que por una fobia generalizada del aburrimiento, desde pequeñitos decimos "me aburro" a las primeras de cambio, aunque como señala mi queridísimo amigo Jesús, detrás de ese "me aburro", a veces hay tristeza, rabia o miedo. 
Sí, eso es lo que nos da miedo, no vaya a ser que aparezca, esos fantasmas personales, esos irresueltos cabos que podrían visitarnos si no estamos haciendo nada "entretenido", y por eso fumamos, o quitamos los pellejos de las manos, nos masturbamos o miramos por octava vez que no, que no nos han mandado un nuevo what's up. Somos grandes adictos al entretenimiento, y la tecnología y el consumo aliados se han puesto manos a la obra para que no estemos tristes. Y sin embargo lo estamos, no diré más que antes, pero lo seguimos estando al menos igual que siempre, porque el entretenimiento es un placer secundario, bastante menor si lo comparamos con otras felicidades. Yo me sigo entreteniendo como puedo, navegando por mis "favoritos", siguiendo un plan estricto y monótono de entretenimiento programado, viendo mis series, criticando, visitando mi vacío correo electrónico cada dos por tres...claro. Y sin embargo, últimamente me visita una desconcertante certeza, detrás de ese vacío, al otro lado del "aburrimiento", hay una vida más auténtica y verdadera, una vida que no es tan entretenida y en la que sin embargo pasan cosas de verdad, se ama y se sufre sinceramente, no se teme lo que acaso vendrá ni se idolatrá lo que pasó, se vive con alegría.

lunes, 14 de octubre de 2013

La gira asiática de nuevo

Los seguidores de Nadal ya estamos acostumbrados a que el otoño nos traiga un impass tenístico tras la orgía veraniega (otros años fue Wimbledon, este fue todo el continente americano de un bocado), releo en wikipedia para confirmar que en este periodo apenas si ha conseguido nada. Ganó en Tokyo, en 2010, ganó Pekín en 2005, hizo final en Shanghai en 2009 y poco más. 

Por no hablar de la copa Masters donde llegó a la final en 2010 que perdió con Federer. Este año tampoco parece ser una excepción, su momento es otro, su superficie menos predilecta es el indoor. Aún así ha hecho final en Pekín y semis de Shanghai, lo suficiente para tener opciones serias de conseguir el número 1 al final de año, depende de él. Le queda París donde fue finalista en 2007 y semifinalista un par de años más tarde, salvo unos cuartos de final, no ha hecho nada más allí. Eso, la copa de maestros y el torneo de Basilea, un 500. Con la calculadora las cuentas salen, le basta con seguir a este ritmo, que es un ritmo menor, pero practicamente superior al de todos los demás salvo Djokovic que recuerda a aquel titán de hace un par de años, un monstruo herido tras serle arrebatado su juguete del número 1, y Delpo que juguetea con ser aquel que consiguió USOopen antes de las lesiones. A mí esta gira europea que queda me parece un poco aburrida, es un poco como los despojos de la temporada, pero sería interesante ganar el master o conseguir ganar en París, uno de los dos master 1000 que le faltan y batir así el record de 6 master mil en una temporada. No sé que narices pinta en Basilea, a pesar de que nunca ganó allí y tiene algún punto que arañar, si yo fuera él, iría de entrenamiento a París y si la cosa se pusiese de cara trataría de ganarlo y luego que fuera lo que fuese en el master, si cayera pronto, me centraría en el master para tratar de sellar con broche de oro y asegurar el número 1. No sé más que su equipo técnico, pero no creo que debiera forzar demasiado su físico, porque visto lo visto con sus lesiones la superficie dura no le viene demasiado bien, en cualquier caso y aunque estoy un poco pesimista sigo disfrutando como un niño con el tenis en general y con Nadal en particular, de esas grandes batallas psicológicas que obscenamente se esconden tras un rectángulo, dos raquetas y una pelotita de tenis. La técnica es mucho, pero la mente es más, y eso es lo que más me enamora de ese deporte, y eso es lo que me hace seguir con interés lo que hace este chico de 27 años. Dentro de tres semanas, sacaré conclusiones y veré si, ojalá, todo esto que digo aquí, no tiene nada que ver con la realidad. 

domingo, 6 de octubre de 2013

Una semana de Octubre

Comienzo la semana pensando en escribir una entrada sobre el Madrid, sobre el engaño Florentino, y su penosa política de fichajes, y pienso que a mí que me importa meterme a estas alturas en esos rollos si me dá lo mismo el Madrid hace ya tiempo, pero luego pienso que no, que claro que me importa, porque yo lo pago, lo paga la banca, que es amiga de Florentina, y aliada de los políticos, y ya sabemos que al final, eso lo pagamos todos. 
Pero al final pienso que no, que puestos a hablar de deporte, hablaría de Nadal, de su regreso al número uno o de un cierto "bajón" de su tenís, que siendo así no tiene nada que hacer contra su gran rival Djokovic, el susto de la rodilla, pero tampoco termino hablando de eso.
Pienso en hablar de Sivananda, de la terminología tan farrágosa, que me hace pensar en la importancia de saber filología hindú para poder entender los pormenores de esa religión que tanto me atrae, en especial el yoga, una sabiduría milenaria a nuestro alcance, pienso en la cantidad de sabios hindús y me reconcilio de nuevo con la India, quiero escuchar música India, viajar por la India, pasar un tiempo en un ashram en Rishikesh, o retirarme a un monasterio budista de la región más remota del norte, en Ladakh, un sitio que me llama por mi nombre. 
Pienso en lo que me cuesta mantener la paciencia en mi trabajo, en lo harto que estoy de niños mal criados, y también y en general lo harto que estoy de la decadencia de nuestra cultura, con su arte como elemento de consumo, sus neuras, su ocio programado y sus tópicos, sobre todo los tópicos, y quizá eso no sea lo más "espiritual" pero así lo siento, una cultura ignorante y pretenciosa. Eso es lo que siento.
Y siento la alegría de la lluvia, el agua que limpia todo, y siento la belleza que hay en las personas, en sus caras, en sus gestos repetidos, y lo más asombroso es que ni siquiera sospechan esa belleza que cargan como un animal amarrado de un hilito a una costura de la ropa, y siento el placer del silencio y el placer del ruido. Y detesto a la gente por momentos y en otros, me siento cercano a ella. 
Pienso en escribir sobre Breaking Bad que cierra sin alardes ni sorpresas pero con bellísima factura, una temporada y un universo que para todos sus seguidores ha sido un universo ácido pero placentero, y me da pena de que el hombre rosa no nos haya dicho adios, aunque eso sí, un grito, el grito de la alegría y la libertad, porque vendió su alma al diablo sin saber donde se metía. Pero también quiero al diablo, claro.
Y de nuevo siento ansiedad por el tiempo, por la falta de tiempo, pero al menos, por momentos esta semana, no la padecí, sentí que cada cosa ocupaba su momento y entendí que era de sabios no bracear contra el ritmo de la vida, de ese modo uno simplemente mueve el agua y se agota, pensando que se está salvando de morir ahogado, cuando en realidad está postrado frente a un ilusorio barreño.