viernes, 20 de enero de 2012

Cómicos

Por leyes que desconocemos, nuestros pensamientos son capaces de interactuar con la realidad, la atraen, la modifican. Vivimos el mundo que pensamos. Pero hoy no quería hablar de estas cosas sino de que ayer por la mañana estuve pensando en los cómicos españoles, en la dificultad que entraña ser gracioso en general y en particular, y sobre todo seguir siéndolo a pesar del tiempo.


Recuerdo unas navidades en que martes y trece hicieron un especial de nochevieja fabuloso. al comenzar el colegio de nuevo todos repetíamos e imitábamos sus gracias y así estuvimos durante todo el curso e incluso más. Las siguientes navidades todos volvimos a esperar su especial de nochevieja, aunque claro y eso ya es otra historia, no fue lo mismo.


Son fenómenos que van y vienen más . Si tuviera que escribir mi propia autobiografía del humor hablaría de los payasos: de Gabi, Fofó, de los cómicos del destape cuyas películas de dos rombos pugnaba por ver: Landa, Esteso y Pajares...hablaría de Eugenio, de Gila, de la famosa empanadilla de los citados Martes y Trece, de Cruz y Raya, de otros que me dejo por olvido o por respeto.

Faemino y Cansado fueron con su humor absurdo mis favoritos durante mis años de adolescencia. También Pedro Reyes, Pepe Viyuela un ratito y aunque nunca me hizo del todo tilín sería injusto no citar a Chiquito.

Recuerdo que aquellas noches cruzábamos el Missisipi con Carlos Iglesias y también recuerdo que terminé desechando un humor como el que hacía Cárdenas que no era humor sino reirse de la gente. Florentino Fernández y los montajes del informal, Wyoming, el primer torrente de Santiago Segura, Muchachada Nui, José Mota y algunos de los humoristas del club de la comedia.


Ayer por la noche, pasando el tiempo con internet me encontré con este video (siento que tenga publicidad):




Y acto seguido me puse a buscar videos del gran Gila, que guiones tan buenos, ya quisieran muchos actuales que avergüenzan los tópicos parecerse un poco. Por cierto, una de las cosas con las que más me reí fue con la de un cómico por el que siento auténtica predilección, el guión es bastante típico pero Leo Harlem lo ejecuta de forma genial.




Es un tópico también decir que el trabajo de los cómicos es muy difícil y que no siempre está valorado en su justa medida, pero no por ello deja de ser cierto. Gracias a todos aquellos que se esfuerzan tanto ,como diría el genial Faemino, para hacer de reír.


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