miércoles, 13 de junio de 2012

Algunas cosas de Junio (primera quincena)

A veces tengo la sensación de que nada pasa, de que los días se repiten, cuido de mis niños, voy al trabajo, saco algo de tiempo para leer o para ver una película, pienso las mismas cosas, siento una alegría infinita y a veces también desesperación. Pienso que debo hacer algo más para evolucionar, para estar más despierto, pero luego recuerdo que no está en "mi" mano, hacer nada. Y sin embargo la lucidez tiene algo de movimiento a contracorriente, quizá por eso suponemos que requiere un esfuerzo.
Todos los días a las cuatro cuando voy camino del trabajo esucho a Toni Garrido hacer su personal crónica de estos días tan nefastos en lo económico. ¿Están los ciudadanos por encima de sus políticos? Creo que estamos hechos de una pasta parecida pero duele imaginar que podemos ser tan ruines como ellos. Tras estar pendientes durante muchos días de la prima de riesgo, se rescató a España, aunque no se la rescató del todo, se vendió el rescate como todo un éxito ¿para quién? Los recortes sanitarios y educativos, la falta de consumo y por tanto el consecuente paro, son sólo como consecuencia de pagar una deuda con unos intereses insostenibles, al haber sido rescatados, tendremos peores condiciones, y los políticos lo venden como que encima debemos dar palmadas de agradecimiento. No soy comunista ni anarquista, pero tampoco soy gilipollas, no pienso rezarle a los mercados para que vengan a salvar a sus ciudadanos, el capitalismo nunca ha escondido sus miserias, quizá eso es  lo único por lo que tenemos que estarle agradecidos; su objetivo es que el capital se mueva y que las empresas estén por encima de las personas. El que no se haya querido enterar todavía a estas alturas de la película anda bastante despistado, o simplemente le viene bien que el sistema sea como es.

En Junio se casó uno de mis mejores amigos, hicimos una despedida y nos invitó a una hermosa y atípica boda, atardecía por la sierra de Gredos y me di un baño en una piscina mientras me bebía una cocacola ¿por qué era tan feliz? ¿por tener unos amigos tan maravillosos? ¿por tener una pareja encantadora? Por si fuera poco la vida ponía a mi cuidado dos criaturas increíbles para que las ayudara a criarse y formarse. A veces tengo la sensación de que la vida se ceba conmigo, como si la realidad conspirase infinitamente por hacerme sentir feliz. ¿O es el escitalopram?


Vi dos comedias muy tontas que se estrenan esta semana, Project X y The Big Year. No sé porqué llegué a pensar que la primera tendría algo de gracia, quizá porque tenía un crítica bastante buena, o porque el concepto de una fiesta brutal que se sale de madre tiene su atractivo, pero para lo únio que ha servido dicha película es para convencerme de que no comparto sentido del humor con mucha gente, aparte de un rosario de tetas, la película no es más que un lastre de bromas arquetípicas sobre marihuana, follar y puñetazos en los huevos. Con todo la película se soporta hasta su media hora final en que se vuelve demasiado excesiva y nos mete con calzador una moralina sentimentaloide del tipo: mejor amiga que pendón, por bueno que esté el pendón, lo curioso es que la amiga está mucho más buena que el pendón.

The big year es el relato de la competencia de tres personajes muy distintos por lograr el record anual de avistamiento de aves en Norteamérica. Si los ingleses las mataban, los americanos sólo quieren verlas, eso sí, a su estilo, casi sin disfrutarlas, simplemente apuntando una cifra. Es la cultura del guinnes y de ser "el que más", cultura que será criticada en el film con algo de moralina. A pesar de todo es lo suficientemente entretenida como para no marcharse y tiene algo de homenaje a esas criaturas aladas que hermosamente nos acompañan.

Fue el mes en que Nadal volvió a derrotar a Djokovic en un Gran Slam tras aquel título en Open Usa que cerraba un círculo (y que impedía a Nole cerrar el suyo), el mes en que comenzó la Eurocopa y a las primeras de cambio todo el mundo se hizo seleccionador, (como si alguna vez hubiera entrenado a un equipo o supiera lo que es un banquillo) porque en España somos así, sabemos de todo.

Fue el mes en que leí El jardín colgante, un libro que ganó el biblioteca breve de Seix Barral y que nos presenta una alternativa a la realidad de la transicción, entre organizaciones terroristas y del Cesid, cuya ética se confunde. Una novela de Javier Calvo, uno de los exponentes de la generación Nocilla y que si bien se esfuerza por contaminar géneros y símbolos, el resultado final tras un comienzo con cierto interés es un batiburrillo pegajoso, falto de vida e imágenes, un simple juego de letra muerta.
No se trata sólo de construir una trama curiosa u orginal, no se trata de insertar escenas de sexó, violencia y drogas como reclamo, ni siquiera basta con presentar una historia equilibrada, con un buen ritmo. Si no tenemos personajes atrayentes, con que nos podamos identificar, si no tenemos una historia llena de vida, al final lo que leemos se convierte en eso: letra muerta.




Fue el mes en que tuve que luchar contra el Win32/Olmarik y finalmente conseguí tras un par de días de análisis, descargas y búsqueda de consejos, acabar con él. (gracias al Hitman Pro)

1 comentario:

  1. Has metido de todo en tu post, como en una sopa, o como dicen los españoles, un cajón de sastre, lo de tus problemas no entiendo el contexto y no sabría aconsejarte sin caer en algo azaroso, espero solamente que todo mejore. Sobre el libro diría que me parece interesante, se que el autor es traductor conocido, y suele ser un tipo al que se le considera inteligente, de esas lecturas complejas, me intriga aunque dices que es letra muerta. Sobre comedias, yo tampoco soy de risa fácil, no me gusta el cine absurdo, irreverente por gusto, vacío, no suelo verlo hace buen tiempo. Lo del tenis en mi familia son tenistas todos y se habla siempre de ello, yo soy "apolítico" en ese sentido. Un abrazo.

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