Ahora tocan series. Es lo que hay, y es a lo bestia. El difícil trabajo de renunciar porque casi todo lo que veo tiene la calidad suficiente como para seguirlo hasta el final. He visto buena parte de lo que recomiendan blogueros, páginas y revistas sobre lo mejor del 2014. Hay cosas que espero ver en breve como Happy Valley, The Knick, The honourable woman, You're the worst, house of cards, orphan black, halt, catch & fire, o incluso penny dreadful y outlander. No sé si me convencerán y las veré hasta el final, de momento me habían llamado menos la atención que otras.
Estoy viendo The americans, ahora. Va de espías rusos en los años 80, una aparente familia feliz americana gozando de su sueño pero que se desvela por las noches en misiones ultrasecretas donde estarán dispuestos a todo con tal de no revelar su identidad. Ambos, actor y actriz, están enormes desde el magnetismo y aunque los capítulos son tan adrenalínicos como ocurría en series como the shield, aquí además quedan perfectamente equilibrados con el
Nunca ví Dexter, y si lo he intentado con Hannibal ha sido porque todo el mundo habla bien de ella, de su estética principalmente pero también de su tensión y todo eso. Y sí, está muy bien trabajada su fotografía con ese uso de los colores y esas imágenes oníricas pesadillescas, pero no va conmigo. Acaso soy demasiado neurótico como para ver episodio tras episodio como diferentes psicópatas deciden matar de formas horrendas a seres humanos y luego comérselos, pero me parece de mal gusto, por eso y porque estoy en contra de esta escalada de violencia que viven nuestros medios audiovisuales desde el nuevo siglo siglo no voy a seguirla.
Y al final vi The Affair, estuve a punto de dejarla tras dos repetitivos y densísimos capítulos (3 y 4) pero afortunadamente le di una oportunidad más y la cosa mereció la pena. Todavía falta por ver si ese punto de vista alternativo de los protagonistas saca el jugo que todavía no ha terminado de sacar, o al menos de resultar coherente en su desviación. De momento la serie tiene más de drama personal y familiar que de thriller, pese a ser planteada de esa forma en su narración. Hay que ver la segunda para ver si la cosa merece la pena del todo.
También he visto Rectify, una serie irregular tanto en ritmo como en calidad pero que tiene momentos sublimes, con personajes interesantes y un tratamiento particular de la línea que separa la vida de la muerte, o de la vida en prisión de la vida en libertad. Me pondré en breve con la segunda temporada.
Y también Les Revenants que me pareció una interesantísima perspectiva del mundo zombie, o como a veces los muertos podrían alterar la vida cotidiana de los que se quedaron con su simple presencia, sin necesidad de morder o atacar a nadie, lástima que el final me resultará poco redondo y habrá que ver si tras tres años de parón este año hay segunda temporada y la historia se pule mejor, pero sería un placer volver a esas atmósferas inquietantes con la música de Mogwai de fondo.
Y en el apartado comedia, de nuevo mencionar a Louie, que creo que es la comedia más potente en emisión. Y algunos picoteos, por la reciente Togetherness, de HBO, que sinceramente promete diversión y drama. La exquisita Transparent, que pronto acabaré donde no sólo se plantea la dificultad para un padre de familia en la tercera edad que decide identificarse con una mujer sino toda una problemática generacional encarnada en las diferentes situaciones de unos particulares hijos. Con todo, no me maravilla tanto como algunas listas sugieren al colocarla en primer lugar. También, y en la misma línea de personajes super guays, listísimos de la muerte y terriblemente neuróticos, le estoy dando un vistacillo a la nueva temporada de Girls, de Lena Dunham, y de momento me mola, aunque también me dan un poquito de asquito sus protagonistas, especialmente ella. Y en una línea mucho más irreverente dos imperdibles, la última locura en animación para adultos Rick & Morty, con un desvarío de realidades paralelas, planetas e inventos y otras radiaciones, y la más terráquea pero igualmente loca, Broad city, que nos cuenta las peripecias de dos amigas cachondas, fumetas, tiradillas de la vida, que bien podían haber salido de cualquier ciudad moderna.
Todo esto y mucho más que nos traerá el nuevo año, en este actual y exigente formato narrativo, que cosechó en el 2014 tres series grandiosas, cada una a su forma y que sin orden particular fueron:
Fargo, o la serie redonda equilibrando la calidad y el suspense de forma magistral, con guiñó de los mejores cohen de fondo.
True Detective, o la exquisitez estética, y a veces también filosófica con dos interpretaciones antológicas.
Game Of Thrones o el espectáculo total, no sólo ya televisivo sino audiovisual sin estar reñido con la profundidad moral y artística.