Cesc Gay, es uno de los nombres que hacen que el dicho "el cine español es una mierda" no sea verdad, aunque lo malo abunda y reina mayoritariamente, al menos salen cinco o séis películas al año en nuestro país que merecen mucho la pena. Gay saca con puntual regularidad cada tres años una de esas películas. Una de sus grandes virtudes es que no ha tratado de sentar cátedra de nada, meterse en dominios que no domina, juntarse al carro del propagandeo político, su cine es del siglo XXI para personas que viven en el siglo XXI, sus guiones están muy trabajados y siempre trabaja con gente muy profesional (practicamente los mejores actores del cine español), antes de analizar su última película "una pistola en cada mano" quiero recordar un poco su trayectoria.
Aunque debutó con una codirección con Daniel Gimelberg (una rareza en 16 mm a la que no he conseguido acceder), Cesc Gay salta a la fama (y de que forma) con krampack. Recibe reconocimientos en Málaga y Cannes por esta película en la que nos presenta como dos adolescentes entran en la vida adulta a través de la sexualidad. Al contrario de lo que suele ser habitual en nuestro cine, la cina no está ambientada en el terreno de la posguerra sino en la actualidad, es decir tenemos acceso a un tema original, que en general y pese a algunas lagunas que presenta la película, está bien dirigido y donde se mezcla inteligencia y humor. Nota: 7
Después viene la que en mi opinión es una de sus mejores películas sino la mejor "En la ciudad", en ella aparecen ya las señas de identidad de nuestro realizador, grandísimos actores interpretando a alto nivel y un guión elaborado y nada facilón, sin que por ello existan escenas impactantes como ese diálogo de Eduard Fernández (que junto a Watling encabeza un elenco de grandes interpretaciones) en que advierte al amante de su mujer que no quiere volver a saber nada de él. La película trata de manera magistral el tema de la soledad, soledad que precisamente se hace más acusada en las relaciones entre las personas de una determinada edad, superados los 30, y que viven en el anonimato de la ciudad. Creo que es una de las grandes películas del cine español del siglo XXI y que tiene un final extraordinariamente amargo y esplendoroso. NOTA: 9
Ficció, aparece 3 años más tarde, rodada en catalán, narraba la vivencia de un escritor, de nuevo Eduard Fernández, que va al campo en busca de la inspiración y se encuentra más que con esta, con una historia de amor que le hará cuestionar todos sus principios. La historia está contada con una sutileza exquisita, propia del cine asiático, pero sin resultar densa ni aburrida. De nuevo seres humanos inteligentes y superados por sus emociones, frágiles y complejos. Nota: 8
En 2009, de nuevo tres años después, aparece
V.O.S. (Versión original subtitulada), un ejercicio metaficcional ambicioso, no siempre bien resuelto, pero lo suficientemente interesante como para ser una película de calidad. Repetía Vicenta N'dongo, que tan buen trabajo hizo en la ciudad, pero quizá el nivel de los actores decayó un poco y de eso se resentía la película.
NOTA: 7
Y de nuevo tres años después aparece una nueva cinta del director barcelonés, Una pistola en cada mano, de título algo desconcertante, pero con los mismos patrones de siempre, personas desorientadas, superadas por sus emociones que les juegan malas pasadas, personas solitarias, personas perdidas, personas desesperadas, pero esta vez encarnadas en hombres, un grupo de personajes que recogen parte del arquetipo y que están maravillosamente encarnados, por la flor y nata del cine español y latino (a Eduard Fernández, se une Cámara, Sbaraglia, Ricardo Darín, Luis Tosar...). ¿Es la crisis de los 40 o es la desorientación habitual que Cesc Gay nos ilustra como siempre con maestría? Cuando al personaje de Eduard Fernández le espeta una señora que no puede fumar en un sitio, él le responde: "señora, estamos en un momento muy difícil de nuestras vidas". Y es que contra la vida, nadie nos había avisado.
En realidad la película tiene un poco de trampa, en el sentido de que más que una historia al uso, está compuesto por una serie de escenas, pequeños cortos si se quiere, bastante inconexos en general salvo una unión final poco productiva. Sin embargo, el guión es tan inteligente y contenido (lo habitual), tiene tanta capacidad la película para generar espectación y combinar lo cómico y lo trágico, algunas actuaciones están a un nivel tan enorme que deslumbran, y todo el rato se tiene la sensación de no querer que se acabe la película, eso tan importante. El tratamiento de la tensión en la escena de Leonor Watling y Cayetana Guilén Cuervo, es extraordinaria.
La soledad y sobre todo la incomunicación, eso que es tan masculino, es el tema central de esta comedia sin final feliz, que creo que no puede dejar a nadie con mal sabor de boca.
Si no fuera porque a veces es algo excesiva, si no fuera por el abuso del tema sexual, aunque entiendo que ese es el mensaje, la pulsión sexual llevando a los personajes fuera de órbita, creo que estaríamos ante una pequeña obra maestra, como lo fue, en la ciudad. En cualquier caso es de lo mejor del cine español, y de lo mejor que se puede ver ahora mismo en cine.
NOTA: 8,5