Revisionando los últimos diez años de mi vida. Conclusiones.
Me he equivocado en algunas cosas esenciales y eso ha condicionado perder el tiempo, la energía y poner mis emociones en algo que no merecía la pena.
He pasado algunos estupendísimos ratos.
Lo que me importaba en la juventud no era para tanto. No era, en realidad, para casi nada.
Escribí cosas hermosas. Bastante gente las leyó y algunos las valoraron. No por ello fui feliz.
El tiempo se desliza de forma cada vez más sibilina y las trampas que he tratado de ponerle no han servido de nada.
Cada vez me resisto menos a la idea de que la paz pasa porque yo desaparezca. Hablo de una muerte figurada, pero esta conclusión quizá debería hacernos replantearnos cuanto de terrible es la otra.
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