viernes, 20 de abril de 2012

Niebla - Miguel Unamuno

Niebla es un libro del que hablo mucho a mis alumnos y nunca me había leído, como eso me parece impropio, he decidido por fin leerlo. Mi relación con Unamuno siempre ha sido de amor, odio. Por un lado, todo lo que dice me parece bastante interesante, es como si un alemán se hubiera encarnado en un hombrecillo barbudo de Bilbao y este país hubiera tenido uno de esos personajes complejos y atormentados a los que tanto se presta la literatura alemana. Por otro lado, por su arrogancia y algunas meteduras de pata política, Unamuno siempre me ha parecido un personaje algo insolente, un poco rancio como si dijéramos, en el peor sentido de la palabra. Y por último, por su miedo tan reptiliano a la muerte, sus complejos y debilidades, me ha parecido una figura entrañable.



Niebla es una novela interesantísima, es una especie de experimento vivíparo, que de raíces cervantinas se adelanta a la literatura española del momento, y también mundial, para presentarnos un experimento posmoderno donde el personaje y el autor dialogan sobre la libertad de uno y otro en sus páginas más celebres. ¿Tenemos acaso nosotros más libertad que un personaje de novela? parece hacernos cuestionar Unamuno, ¿tenemos algo de libertad?.
La novela supone además una reflexión sobre la propia concepción de la novela, porque en boca de uno de sus personajes, Victor, (un personaje de Amor y pedagogía) esboza cual es para él la novela ideal, que, voilá, es la que estamos leyendo. 

Es una lástima que Unamuno fuera tan mal narrador, que los personajes sean tan inconsistentes, (aunque eso no desluzca demasiado en esta ocasión por la ideología de la obra) y sobre todo que la trama resulte más bien insulsa y muchas veces aburrida con páginas muy prescindibles. Si no fuera por eso, Niebla estaría en el escalón más alto de la narrativa, aún así es una novela divertida, precursora y terriblemente inteligente, que cualquier persona con inquietudes existenciales no debería perderse.

4 comentarios:

  1. Jajajajjj.. me río porque me identifico mucho, yo he leído El Principito estos días, gracias a mis alumnos.. y me ha encantado -a ellos no tanto, claro-.

    Pues me ha picado la curiosidad lo que dices: porque tampoco he leído Niebla, que me suena también al perro de Heidi, jeje. Es de esos libros que están ahí y nunca pensamos que vaya a llegar su momento: pero puede que, a partir de lo que has escrito, llegue.

    Un abrazo

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  2. Por cierto, ¿es posible que Unamuno pasara por Gran Canaria? Me suena algo de eso, aunque no recuerdo bien a qué fue allí..

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    1. Jajaja, pues a mi no me suena mucho, algo de la especulación y lo mucho que ha empeorado la seguridad de la zona vieja.
      Me alegra q la recomendación te anime, es un libro muy curioso, con una prosa algo casposilla y al mismo tiempo tan revolucionario como barthes and co.
      Un abrazo

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  3. Pienso que no sabes apreciar la literatura universal, pues expresas que te agrada la idea pero "la forma" no es la adecuada, y, sin embargo es lo que sustenta lo que debe ser esta pieza literaria (sin "la forma" esto no sería pieza u obra). Creo que te influencias mucho por la opinión de otro y, lo que deseaba en el lector Miguel era justamente eso, dar los parámetros a aquel que tome el libro para cuestionarse a sí mismo, la realidad, y llevar adelante el pensamiento. Quizás no debieras entregar en clase un comentario de una inexistencia literaria en tu conocimiento, o decididamente no debieras dar una crítica estilo periodista al final del artículo. El hecho es que la obra explica el miedo irracional de fracasar del hombre post-moderno o moderno y por ahí va la cosa.

    eso.-

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