sábado, 20 de octubre de 2012

Amor a Roma con Woody Allen

Woody Allen sigue rindiendo tributo a algunas emblemáticas ciudades europeas: Londres, Barcelona, París... y ahora le toca a Roma. Esta vez lo hace a través de cuatro historias desiguales pero que en general presentan viejas tramas allenescas. Resulta muy familiar esa historia de adulterio (aunque el adulterio está presente en casi todas) en que un joven es seducido por la neurótica e irresistible amiga de su novia. (perfectamente caracterizada por la exquisita Ellen Page)
Estos asuntos amorosos, propios de la comedia clásica se ven salpicados por pinceladas surrealistas propias sobre todo del primer Allen, y también de la última película, pero que sin embargo no llegan en esta ocasión a cuajar del todo, el asunto de la ducha es divertido pero no pasa de la anécdota, es distinto el caso de la historia de Begnini de la que hablaré luego.
En general esta película a la que algún crítico cicatero trata de hundir, es una película muy visible, muy entretenida y con algunos momentos de guión realmente geniales, algo de lo que adolece la gran mayoría del cine que se proyecta en nuestras pantallas, dicho lo cual evidentemente es una obra menor que no continúa la línea del mejor Allen que vimos en Midnight in Paris sino de, desgraciadamente, buena parte de sus últimas películas. 
La película tiene un gran acierto y un gran error que es el asunto mencionado antes, la historia de la fama  inesperada y magnificada de Roberto Begnini, el cual, dicho sea de paso está muy bien para la misma y además es una figura muy ilustrativa para rendir homenaje al cine italiano actual (Nani Moretti también habría estado bien). Para mi gusto esta historia es lo mejor de la película, quizá sea porque durante un tiempo de mi infancia fantaseaba con esa misma idea, o al menos con una variante, tenía la sensación de que todo lo que hacía y me ocurría era tan importante que me extrañaba que mis padres y el resto de la gente que me rodeaba no se diera cuenta de ello. En ese sentido ese exagerado retrato me parece una idea genial que desgraciadamente se le ha escapado cruda, acaso podía haberla desarrollado a lo largo de una película entera como hizo con Zelig.

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