La Espe. Mi jefa. Mi ex jefa. Muchos días la rabia me ha hecho pensar en escribir una entrada sobre ella, quizá la poca elegancia que me queda a ratos me ha hecho no empozoñarme más y no cargar las tintas con el veneno, porque al cabo es lo que ella quería, ponerse en contra a "cierta gente" para convertirse en adalid de no se sabe muy bien qué, una especie de cruzada del neoliberalismo, como ella misma dijo en una presentación con su amigo Jiménez Losantos. No creo que el neoliberalismo necesite de mucha ayuda, el comunismo está bien muerto (afortunadamente) y la gente todavía no se ha despertado del estado de la comodidad. Espe, fue por encima de todo, la reina de su pueblo, un pueblo al que sabía decirle y cómo decirle (es increíble como se pueden llegar a parecer el socialismo cutre y el derechismo populista), una reina que subió al poder a través de un pucherazo moderno pero que se fue ganando sus votos hasta llegar a las mayorías cada vez más absolutas (salvo la última vez que bajó un poco, por su desaguisado educativo quiero pensar). No le importaba decir un disparate si este era rentable, cada vez se parecía más a ese tipo de presidentes de fútbol que cuentan con el respaldo ciego del odio al otro equipo.
Una de sus últimas declaraciones era para afirmar que los profesores interinos habíamos sido elegidos a dedo, si no sabía lo que decía era una persona ineficiente para su cargo por no saber como funcionan unas oposiciones, si lo sabía, que parece lo más probable, supongo que buscaba una vez más confundir a una masa de población que se cree lo primero que escucha, no tuvo inconveniente en insultar el trabajo de tantas y tantas
personas que se esfuerzan por obtener un trabajo a base de muchas horas
de esfuerzo,. Es mi caso, crío niños y estudio como un loco, llevo ya casi dos años de mi vida opositando y sinceramente, y no lo digo de modo arrogante, jamás pensé que me cupieran tantas cosas en la cabeza. Afortunadamente no me he puesto nunca a su nivel y tampoco lo voy a hacer ahora,
sólo diré que hizo mucho daño y expandió el odio tanto como pudo y que
no voy a ser tan supersticioso o mojigato como para mencionar ni
siquiera de pasada el cáncer. Las lágrimas de ambas, su consejera de educación y ella misma, son para mí y para muchísimas personas en Madrid, un símbolo de la alegría.
Buen viaje lleve. Esta podría ser una entrada para el blog de las buenas noticias..
ResponderEliminarHa sido tanta la insidia y el descaro de esta política en algunos asuntos -por ejemplo, en la apoteosis propagandística con medios públicos, es liberal solo para lo que le interesa- que a veces se nos olvida, es como si se hubiera dado ya por inevitable hace tiempo, inermes como nos hemos sentido o víctimas del síndrome de Estocolmo algunos, entre ellos los mediocres diputados de la descorazonadora oposición que hay en la política madrileña.
me gusta eso del síndrome de Estocolmo, mucho de eso hay sí...
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