Este año estoy en franca rebeldía contra la liga de fútbol. Es curioso decirlo cuando esta tarde iré a ver un partido con un amigo, pero así es.
Y no tiene nada que ver con el revuelo que se ha montado con los nuevos horarios, con el hecho de que la pública ya no vaya a echar a los dos grandes ni con que haya sido un año de absoluta sequía en el mercado de fichajes. Quizá haya sido porque con los juegos olímpicos, de los que he sido fanático seguidor, he recordado la otra cara del deporte, más anónima, más sacrificada y heróica pero igualmente emocionante.
Me sigue gustando ver fútbol pero la estupidez que irradia ese mundo se me está volviendo insoportable, vale que sea el opio del pueblo, pero es un opio rancio.
El malvado Florentimo
Salvo tres años de mi vida, en que lo fue el Rayo, el Real Madrid ha sido mi primer equipo, se puede decir que soy madridista.Creo que lo que ha pasado en el Madrid en los últimos años es un reflejo perfecto de lo que ocurre en la política y de la idiosincrasia del carácter español. Este señor, simpático para nadie, constructor y bien relacionado con el ala política, ha llevado al Madrid a ganar varias copas de Europa, ha fichado a las mejores estrellas del momento y ha arruinado la simpatía del club.
Nadie lo critica porque los diarios deportivos madrileños tienen un pacto con él, explícito o no, porque les asegura el verano con sus fichajes. Para algunos su vuelta fue como la del Mesías a pesar de que pegó una espantá como yo no había visto, el motivo, no se conseguía ganar al Barcelona. Si el fútbol funcionara con criterios de sentido común y no dependiera de la ansiedad reinante, el Madrid que era un equipo que había recuperado ya la garra y la lucha, (que se perdieron con el primer florentino en la liga) y que le ganó dos ligas al todopoderoso Barsa, se hubiera rearmado pacientemente esperando su oportunidad. Pero como lo que prima es la prisa y sobre todo la envidia por no soportar ver ganar al digno rival, vendió su alma al diablo derrochando un dineral en estrellas (algunas rentables y otras no), fichando a un entrenador marrullero y poco deportivo (aunque algo más simpático que el falsamente correcto Guardiola) y todo para practicamente nada: ganar una copa del rey y una liga, volver a fracasar en la champions y sobre todo, convertirse en un club mucho más antipático, plagado el último año de fichajes inútiles. Un club en definitiva que desprecia a los jugadores nacionales, a pesar de que estos han redemostrado ser los mejores del mundo, pagando más dinero por otros extranjeros de menor valía pero acaso más exóticos y capaces de vender más casimetas, que es de lo que se trata: dinero. Dinero y no deporte, por eso renuncio a la liga.
Y vuelvo a recordar, el malvado Floren echó a Vicente del Bosque pocas horas después de haber ganado la liga, había que renovarse dijo, son los tiempos de obsolescencia programada y del marketing, Del Bosque es un magnífico tipo y un profesional, pero no vende. O eso pensaba él.
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