lunes, 24 de marzo de 2014

Mire al pajarito de Kurt Vonnegut

Cuando leí matadero 5 lo flipé en colorines. La verdad es que como mi nivel de inglés no es muy bueno (y entonces lo era aún peor) pensé que quizá se trataba de eso, que aquella novela me parecía tan salvajemente extraordinaria como consecuencia de un proceso traductor deficiente pero al mismo tiempo excitado por la sensación de estar llevándose a cabo. No era eso. Después leí otras obras en inglés, de otros autores, leí cat's craddle también en inglés y corroboré que la literatura de Vonnegut es diferente a todo. Tiene rasgos de ciencia ficción pero no se parece en absoluto a otras obras del género. Es literatura inteligente, pero también emocional, llena de ternura, ( por explicar la innecesaria adversativa, diré que no se trata de los vacuos ingenios que asolan nuestra cuentística y cientos de salas de exposición de arte moderno). He leído otras obras de Vonnegut después Un hombre sin patria, desayuno de campeones y tengo a medias mother night, que son, aunque en menor grado que las otras, obras muy interesantes. Vonnegut es el tipo que necesitas si estás en un periodo lector en el que todo te parece lo mismo y estás cansado de solemnidad y artificio. Sexto piso ha publicado hace cuatro años unos cuentos póstumos que se pregunta Dave Eggers en la contracubierta, cómo no fueron publicados antes. Comparto la opinión de Eggers, no me parece una simple obra que haga negocio postumamente a costa de una merecida fama en vida. Mire al pajarito es un gran libro de relatos, no se trata de relatos redondos, fácil de predecir, ni tampoco de relatos de realismo sucio, también fácil de suponer (aunque una pizquita de eso hay en uno de ellos), es un libro de relatos al estilo de Vonnegut, lo cual es la mejor noticia que cualquier aficionado a Vonnegut que esté leyendo esto puede tener. 


Si quieres leer el libro sin saber nada, acaso sea mejor que dejes de leer porque aún sin destripar nada hablo de la temática de los mismos ampliamente. 
Los tres primeros relatos recogen el tema de la hipocresía de la sociedad norteamericana. El primero se parece a ese relato de Cheever de la radio, pero aquí se trata de un aparatito muy del gusto de Vonnegut capaz de mostrarnos lo que veraderamente pensamos de las cosas. O al menos también. El tercero es el que me parece que contiene alguno de los elementos del realismo que inauguró Carver, aunque no esperen leer a Carver, ni a Ford, ni a ningún otro de la escuela claro. El cuarto relato, el más largo, un extrañísimo relato de pesadilla kafkiana en el que un tipo sufreel acoso de un poderosísimo gangster, también tiene que ver con la hipocresía pero sobre todo con un nuevo elemento que aparece en muchos relatos, el abuso de poder por parte de un poderoso frente a un inocente, que es por supuesto uno de los grandes temas de literatura de denuncia americana, aunque no esperen tener la sensación al leer estos relatos de que están leyendo algo así como literatura comprometida. Este abuso de poder aparece en muchas historias de distinta forma, dos mirmecólogos descubren que las hormigas formaron sociedades análogas a las humanas pero ven como sus descubrimientos afean la ideología comunista, un hipnotizador con poderes sobrenaturales se enfrenta a un par de policías que sueñan con tener la situción controlada, un matón de un pueblo trata de ridiculizar al padre de un repartidor de periódicos, un pobre hombre sufre la amenaza de un criminal que utiliza a psicóticos para extorsionarle, una inocente y perfecta pareja descubre como son los culpables fortuitamente de que el mayor deseo de un hombre no sea satisfecho. and so it goes. 
También aparece la venganza, en el relato del cuchillo y los marcianitos, en la alumna de la que se aprovechó el profesor de canto y por supuesto, en el interesantísimo último relato cuya ascensión climática está maravillosamente conseguida. 
La venganza, la hipocresía y el abuso de poder. Un retrato crítico del mundo americano. Pero no se encontrarán con nada ácido, ni nada descorazonador y eso a pesar de que la presencia del mal es realmente poderosa en algunos relatos, ¿cómo es posible? Ese es uno de los secretos de Vonnegut, que es absolutamente encantador.

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