miércoles, 19 de marzo de 2014

Utopía: Seis capítulos llenos de color y conspiración

 Aunque Misfits no terminó de convencerme, esta segunda incursión en las series británicas irreverentes ha terminado de forma muy distinta. 



Utopía entra en esa categoría de thriller conspirativo. Aquí "los poderosos" se revelan través de la lectura de un comic. Un grupo de jovenes más o menos frikis habrán de hacer frente a una poderosa organización que planea desestabilizar el orden demográfico mundial. Y ya no cuento más. 
Utopía tiene un primer episodio majestuoso, algo abusivo en la violencia, pero absolutamente fascinante. Es una delicia ver como se nos va presentando poco a poco la historia, hay que esforzarse para conectar las cosas un poco en sus primeros minutos y sobre todo cuando planea sobre el espectador la sombra de esa pareja tan espeluznante que nos demuestran desde la primera escena de lo que son capaces con tal de conseguir sus objetivos. El esfuerzo merecerá la pena, una vez que se entra ya no se va a salir, como las mejores series es capaz de haber creado un mundo propio, con sus reglas particulares, su tono propio, sus colores...
Desde el primer momento se nos hace patente la importancia del colorido en el diseño de la fotografía, la sangre, el cielo copado de nubes, los vestuarios, esos trigales y granjas perdidas en el campo donde se está dirimiendo el destino de la humanidad. Le viene bien, muy bien, ese empacho de color porque el universo de utopia es el de un mundo desequilibrado, lleno de excesos, agudo, esquizoide, bipolar. Es un mundo lleno de dolor pero también de arrebatos de honor y nobleza.



Tras el frenesí del primero y la aparición estelar en el segundo de un personaje magnético, los capítulos intermedios bajan un poco la intensidad, la serie se hace más convencional, más previsible, quizá todo se podría haber arreglado eliminando un capítulo, sin necesidad de redundar en ciertas ideas sobre el carácter de los personajes que ya nos han quedado claros. Aún así es de agradecer y mucho que se rebaje el maniqueismo para presentarnos otra perspectiva ¿no será que la organización que conspira en realidad está tratando de hacer las cosas bien? ¿no tienen acaso algo de razón? Así llegamos al último que vuelve a alcanzar grandes cotas de magistralidad, con un sentido del suspense y del ritmo muy interesante, son especialmente emocionantes esas escenas en las que el niño tiene que escribir unos números para salvar a su madre, como se combina y enlaza con las otras acciones que llevan a cabo el resto de personajes. 
No hablaré sobre el final. Es un final digno para una gran serie que tendrá continuación este año y que seguirán sin duda, todos los que han disfrutado y mucho de esta primera entrega.


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