sábado, 25 de febrero de 2012

My night with marilyn

Desde pequeño siempre me preguntaba por qué Marilyn Monroe era la mujer perfecta para casi todo hombre. A mí me parecía hermosa, claro, hermosísima, pero había otras mujeres muy bellas también, quizá incluso más. Luego pensé que era una cuestión de sensualidad, se puede ser atractivo pero es dificil serlo y ser además tan sensual, en Marilyn las curvas no respondían a los canones más minuciosos de belleza y sin embargo a nadie se le ocurriría ponerle un pero, todo en ella respiraba voluptuosidad, sus labios, sus ojos, su pelo teñido. Quizá la sensualidad y la belleza sean importantes pero a mí me parecía que un mito y un icono sexual como Marilyn tenía que tener algo más, algo que yo no entendía quizá porque para mi generación Marilyn no dejaba de ser un anacronismo. Así que como de tantas otras cosas a las que no encontramos explicación, me aburrí y dejé de pensar en ello.



Ayer por la noche estuve viendo la que han llamado comedia, pero que tiene poco de tal, My week with Marilyn. Su actriz Michelle Williams ha estado en algunas de las mejores películas de la década y la crítica ha reconocido su trabajo. La película discurre en ocasiones entre convenciones un poco molestas pero es muy disfrutable y extraordinariamente recomendable por lo que hace Williams con su papel. Sin duda hoy no le darán el Oscar pero a mí me parecería estupendo que se lo dieran porque lo que hace es absolutamente impresionante.

Pero yo no quería hablar de la película tanto como de Marilyn, o al menos de la Marilyn que nos presenta Michelle Williams, que por supuesto no es tan poderosa físicamente como la original pero sí en lo psicológico. El protagonista de la historia, un joven que acaba de entrar en el mundo del cine cae rendido ante los encantos de la diva y se enamora perdidamente de ella. Existe un tipo de amor del que quizá aún no se ha hablado lo suficente en los manuales pero que es ya un arquetipo y es ese amor en el que uno no puede evitar tratar de salvar al otro. Les ocurre a las mujeres también pero supongo que por su rol de protector es más propio de los hombres. La Marilyn de Williams es una mujer hermosa y sensual, a muchos hombres y mujeres le apetecería darse un baño en el río con ella y recibir ese beso suyo, pero sobre todo no podría evitar tratar de salvarla. Es una apuesta a caballo perdedor pero es irresistible. Muchas historias de amor comienzan así, uno es un desastre y otro, supuestamente más equilibrado se propone salvarle. ¿Por qué queremos salvar al otro? ¿Por qué no podemos evitarlo? ¿No nos hace eso, a pesar del sufrimiento y el dolor que generará esa decisión, más entrañables y humanos? Si en realidad los otros no son más que el reflejo de nuestra proyección, hay una parte que lucha por salvarnos.

Anoche mientras veía la película aparte de obtener esta respuesta tuve claro que yo hubiera hecho lo mismo que su protagonista, porque yo también me enamoré de Marilyn.

2 comentarios:

  1. Pues ya estamos aquí. Te sigo.
    Pues sí, nos enamoramos de Marilyn... sin ser una gran película, la actuación es tan buena que logra su cometido. Saludos!!

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  2. Me emocionó. Esa Marilyn tan salvaje como insegura me pareció fantástica. Gran Michelle Williams! La gracia del director por provocar las fotos que le hicieron famosa, como la de la bañera, también me gustó mucho. Una de las grandes sorpresas de la temporada. Mañana toca 'Red lights'. A ver. Un abrazo.

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