Se acaba la liga de este año aciago en la economía española y que seguro que para muchos ha sido un madero al que agarrarse, o al menos un maderazo capaz de dejar suficientemente atontado y no enterarse de las cosas. Cada vez veo menos fútbol, en general cuesta ver partidos buenos y creo que nuestra liga es un perfecto reflejo del bipartidismo político que padecemos los ciudadanos de bien.
Tirando de este hilo; me resulta más que sospechoso que las mandaturas socialistas sean años de bonanza azulgrana y las populares del Madrid. ¿Realidad o falsa conspiración? ¿Existió el Villarato? ¿Existe algo hoy que le haga ganar al Madrid? Es un poco raro que siendo un equipo inferior al Barcelona le haya metido diez puntos en la liga. Durante un tiempo fui un madridista pasional, ahora prefiero que gane, pero en general me parece una alegría hueca que me dura más bien poco, pero bueno, bienvenido sea.
Al final el atlético ganó su champions league, el Barsa ganará su copa del rey y todos contentos o casi, que al final siempre acaban ganando los ricos, como la vida misma. Hoy lo más importante se jugaba en el descenso, hasta cinco equipos podían bajar y al final, un par de goles en el último minuto cambiaron la suerte del rayo, que gracias a un gol de Tamudo al final estará un año más en primera, me alegro por el rayo, del que fui socio tres años y me alegro por Tamudo, que es un grande de España y poca pena me da el Villareal que no deja de ser un proyecto empresarial como el del Manchester City que hoy ganó la premier. Aunque, hay algún equipo que no sea un proyecto empresarial? Qué lástima.
Pero no quiero acabar en plan abuelo cebolleta, de en mi época el fútbol si que era puro, afortunadamente, el fútbol sigue siendo un juego básico en el que once tipos en camiseta y pantalón corto pelean por meter una pelotita en la portería del contrario, en juego están los colores, pero sobre todo poder chinchar al día siguiente a fulanito que es del Barsa o menganito que es del Madrid, y es más el asco al contrario lo que mueve que la simpatía por el propio. El que necesita más terapia termina yendo al campo para decirle al árbitro y a los contrarios todo lo que no se atreve a decirle a su jefe, a su padre o a su mujer.
No digo que sea mala cosa, sólo que no es para tanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario